viernes, 26 de diciembre de 2008

EL DÍA DESPUÉS...


El día después de las Navidades, es el momento en el que uno se da cuenta de que, sin remedio posible, el año se está acabando...

Es el momento en el que en las televisiones empiezan a bombardearnos a diestro y siniestro con imágenes y anécdotas del año que finaliza... También es cuando la gente empieza a pensar en los propósitos que se planteará a golpe de campanada y cuando decidimos que el año próximo será sin duda mejor que este.

Yo he decidido pensar que sí, que 2009 será un gran año... y para que así sea, no hay nada mejor que creérselo... y ojo, este no es un propósito para el año nuevo, es algo que tengo bastante claro de un tiempo a esta parte: una visión positiva te devuelve una realidad con más posibilidades. Así que os animo a todos a pensar que todo os irá bien en 2009.

Para empezar hoy he invertido buena parte de mi mañana en personalizar, como cada año, mi agenda de bolsillo, que ha quedado como se puede ver en la foto. Estoy contenta con el resultado, la verdad... Ahora sólo falta empezar a llenar sus páginas una a una, con temas de trabajo interesante, cursos útiles y atractivos y, por su puesto, actividades de ocio divertidas :)

... Y bueno, previendo que no postearé ya hasta 2009, quería aprovechar para desearos a todos un FELIZ 2009 :)

miércoles, 17 de diciembre de 2008

TREINTAÑERA...


Ni corto ni perezoso, el tiempo me obsequia hoy con un año más... y ya van 30.

Lo de cumplir 30 no es diferente de cumplir 29 ó 28, pero implica un cambio de década, y eso ya fastidia un poquito más.

Hace algún tiempo comentaba con mi hermano como, cuando era pequeña, en clase de matemáticas nos hicieron calcular la edad que tendríamos en el año 2000... a mí 21 años me parecían una auténtica barbaridad, como el paso previo a la jubilación... por aquel entonces supongo que ni me planteaba que algún día podría cumplir 30...

jueves, 11 de diciembre de 2008

ESTRELLA POR UN MES


Yo no sé si al resto de la gente le pasará igual, pero a mí eso de ir pisando alfombra roja durante todo el día me hace sentirme una auténtica estrella...

Hace unos años se puso de moda entre los comerciantes de mi ciudad (y supongo que en el resto de España también será moda) poner un trozo de fieltro rojo en la entrada de los establecimientos al llegar las navidades...

Así que cuando se acercan las fiestas, concretamente pasado el puente de la constitución, el rojo empieza a ser casi ley en las aceras, y no se pueden recorrer más de dos metros en ciertas zonas sin "desfilar" como si de una ceremonia de alto postín se tratase.

No es que me moleste... pero entre tantas luces decorativas, tantas alfombras "ceremoniales" y tanto villancico hasta en la sopa, reconozco que, aunque la Navidad tiene ciertas connotaciones religiosas para muchos, y ayuda a reunirse a familias que solo se ven en esta época del año, toda la parte comercial que la rodea, la hace realmente "aborrecible"...

¡Qué ganas tengo de poder pasear sin tantas oleadas de gente por el centro!... bueno, de eso, y de dejar de pisar alfombras rojas (que hacia el final de las navidades están negras como el carbón que traen los Reyes Magos a los niños malos ;) )

jueves, 4 de diciembre de 2008

PACIENCIA


La paciencia es otra de esas virtudes con las que no nací...

Hay quien dice que tengo mucha, pero la verdad es que "me reconcomo" por dentro cuando las cosas no van a mi ritmo: despacio cuando quiero ir despacio y a toda mecha cuando necesito velocidad...

Esta mañana tenía que llegar al "cole" a las 9, porque venía una mamá a hablar conmigo. He llegado a la estación de tren a las 8:25 para no perder mi tren que (supuestamente) salía a las 8:41... pero los problemas técnicos han hecho que el tren saliera a la hora de llegar...

Los minutos se hacían eternos ahí sentada en el vagón y el tren que no arrancaba...

Yo al principio estaba leyendo, pero poco a poco, cuando veía que se acercaba la hora de llegar (ya no la de salir) y que la cosa seguía igual, he empezado a sentir esa extraña sensación en la boca del estómago... por suerte mi cerebro ha conseguido reconfigurarse y he decidido avisar al cole de que el tren iba con retraso.

Simplemente me he dado cuenta de que no podía mejorar mucho la situación, sólo empeorarla: iba a llegar tarde igual, así que si me cabreaba (como un importante porcentaje de la gente que estaba sentada junto a mí) solo podría conseguir llegar de mala leche al trabajo... así que, teniendo en cuenta que yo no ficho y que mi trabajo me gusta, que podría recuperar los minutillos en otro momento y que al fin y al cabo el tren iba a salir tarde hiciese yo lo que hiciese, he vuelto a abrir el libro y he seguido leyendo...